Poesía contra violencia. Poesía para la lucha.

38.Con ese número vomito el café de la mañana para desayunarme la noticia que apunta ésta como la cifra de mujeres cercenadas, golpeadas, violadas, acuchilladas y muertas después en manos de sus verdugos, los que se creen sus dueños. Deseos de justicia fundamentada en el «ojo por ojo» invaden mis pensamientos. Por un segundo me corroen las ganas de arrancar sus genitales… Pero nosotras no somos ellos. Ni por ese segundo, ni por nada!

Encontraremos soluciones?

Marina Izquierdo es mi amiga. Con ella paso largas horas charlando de la vida, cuando el tiempo y la distancia lo permiten. Ella propone dejar a un lado los instintos más oscuros y plantea la poesía para la lucha. Con sus versos intenta traspasar los umbrales del olvido, de la injusticia y del horror al que son condenadas las niñas y las mujeres por su sexo y según el lugar de nacimiento.  Nos adentra en la reivindicación de los derechos de la mujer y en la denuncia de cuantas facetas conforman el maltrato de género.

Me sangran las encías

de ocultarme.

De acallarme en la saliva

de coartadas

 

La mitad silenciada se refiere a esa mitad de la sociedad, que no es ni mejor ni peor, pero posee sus derechos fundamentales vulnerados”, en sus poemas “hay dolor, miedo, amor y sobre todo esperanza, el asidero que nos hace fuertes cada mañana tras una madrugada de pensamientos en tormenta”. Esperanza… la de una mujer que denuncia desde su perspectiva de periodista y de la inmensa vivencia que le otorgan sus viajes por el mundo.

En el ácido sin rostro

que dices amar

se disuelve tu odio, su odio,

todos vuestros odios.

 

Y leo sus versos y las lágrimas afloran… y me encantaría que ésta fuera la solución a tanto horror… Y me encantaría que la otra mitad, la que no está silenciada, formara siempre equipo con nosotras… si… me gustaría mucho…

Gracias Marina.

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